Camino de cero. La última pérdida para el COAM es la desaparíción de la OCAM: nuestra oficina de concursos, con el despido de todos sus empleados. La oficina se ha encargado en esto últimos años de gestionar numerosos concursos y presentar alegaciones a los que estaban inadecuadamente convocados. Resulta desafortunada la respuesta de la actual Junta de Gobierno en el sentido de que serán otros departamentos colegiales, sin aumento de personal ni especialización, quienes se encarguen de realizar su cometido. Un servicio tan esencial no se puede medir por un estrecho criterio de rentabilidad económica.
Se trata de otro paso más hacia un colegio de mínimos. La formación presencial ha quedado reducida a pocos cursos y sobre las mismas temáticas; la formación “on line” sin comenzar; el área inmobiliaria disuelta; el COAM sin responsables de comunicación y esta reducida a lugares comunes y vaguedades; escasas conferencias y debates; las actividades de la Fundación también en su menor expresión.
Un COAM sin más contenido que ser una oficina de visado y no una institución de servicios a sus colegiados, con presencia y prestigio social. Esto no nos vale.